Objetivos para mejorar el mundo: de los ODM a los ODS

Los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), puestos en marcha en el año 2000 para conseguir progresos en la reducción de la pobreza, la educación, la salud, el hambre y el medio ambiente, llegan a su fin en 2015. Los ODM constituyen un plan convenido por todas las naciones del mundo y todas las instituciones de desarrollo más importantes a nivel mundial gracias a los cuales se han avivado esfuerzos sin precedentes para ayudar a las personas más pobres del mundo.

Para dar continuidad a los ODM, la ONU y los países miembros están ultimando desde hace meses los Objetivos de Desarrollo Sostenible  (ODS), las nuevas metas que sustituirán a las Metas del Milenio y darán un nuevo impulso la iniciativa lanzada en el año 2000 para cambiar el mundo.

De momento, se está configurando lo que será la nueva agenda de desarrollo mundial y ya se empiezan a notar las diferencias con la marcada en los últimos tres lustros. Los ocho objetivos fijados hace 15 años serán sustituidos por 17 áreas temáticas agrupadas en ocho clusters o grupos de trabajo.

El siguiente gráfico, realizado por el diario The Guardian y publicado dentro del artículo Sustanaible development goals: changing the world in 17 steps, muestra de manera visual y sencilla la correspondencia entre los actuales ODM y lo que serán los ODS, así como las áreas a las que cada uno pertenece.

Los derechos de los pueblos indígenas en América Latina

“Los pueblos indígenas del mundo han preservado un vasto acervo histórico y cultural de la humanidad. Las lenguas indígenas representan la mayoría de idiomas del mundo y los pueblos indígenas han heredado y legado un rico patrimonio de conocimientos, formas artísticas y tradiciones religiosas y culturales”. Estas son las palabras que el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pronunció el 9 de agosto de 2010, ratificando su compromiso con los pueblos indígenas del mundo.

Si nos centramos en América Latina, actualmente hay más de 826 pueblos indígenas registrados, desde la Patagonia hasta el norte de México, pasando por distintas áreas geográficas como Chaco Ampliado, Amazonía, Orinoquia, Andes, Llanura Costera del Pacífico, Caribe Continental, Baja Centroamérica y Mesoamérica. Más de 45 millones de personas en América Latina son indígenas, lo que supone un 8% del total de la población de la región.

Por países, Brasil es el que cuenta con un mayor número de pueblos indígenas, con 241 y una población de 734.127 personas. Le siguen Colombia, con 83 pueblos y 1.392.623 habitantes;  México, con 67 pueblos y 9.504.184 personas, y Perú, con 43 pueblos distintos y 3.919.314 habitantes, según datos aportados por UNICEF.

Las perspectivas de la Unión Europea en cooperación internacional

Los próximos cinco años serán cruciales para la cooperación internacional y el desarrollo. Uno de los mayores retos serán las negociaciones sobre el marco universal posterior a 2015 para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, que ya están en marcha.

El nuevo marco, impulsado por la ONU, está tratando de establecer las condiciones de vida básicas de los ciudadanos, además de promover un crecimiento integrador y sostenible, contribuir a la gestión sostenible de nuestros recursos naturales, garantizar la justicia, la equidad y la igualdad y tener en cuenta la situación especial de los países que se hallan en situaciones de desigualdad.  De hecho, desde el año pasado ya se está trabajando en las áreas centrales de los que serán los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que sustituirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

En este contexto, la Unión Europea también pretende desempeñar un papel relevante, por lo que mantendrá su fuerte compromiso con la defensa de un marco ambicioso posterior a 2015, trasladando sus prioridades a todos los foros pertinentes. Precisamente una de las prioridades importantes de la UE para este año será empezar las negociaciones sobre un acuerdo posterior al Acuerdo de Cotonú con los Estados ACP (África, Caribe y Pacífico) y también, más concretamente, consolidar la asociación estratégica de la UE con África.